Hay una cosa que une a todas las familias: el amor incondicional y mutuo. En nuestra familia, las mascotas y los niños ocupan un lugar especial, y son ellos quienes nos enseñan el amor en su forma más pura y desinteresada.
Por esta razón, queremos dedicar nuestras energías a un proyecto centrado en su bienestar, que también incluye momentos de interacción orientados a comprender y respetar al otro.